lunes, 20 de abril de 2009

Semana de los pueblos originarios (3)

IV ENCUENTRO ECUMÉNICO LATINOAMERICANO DE TEOLOGIA INDIA


Mensaje final

1.- Desde donde sale el sol hasta donde se oculta, desde el Río Bravo hasta la Tierra de Fuego, enviados por nuestras comunidades y apoyados por nuestros pastores, nosotras y nosotros, indígenas descendientes de los habitantes originarios dueños de estas tierras, entregadas por nuestra Madre-Padre Dios a nuestros pueblos, entrelazadas nuestras manos y nuestros corazones, nos hemos reunidos en torno al mismo fuego-viento del espíritu, para juntar nuestra palabra en busca de la Tierra sin Mal.

2.- En este 4to Encuentro Taller Ecuménico Latinoamericano de Teología India, la Tierra sin Mal es el sueño que siempre nos ha dado vida, nos ha puesto de pie, nos ha hecho caminar, nos ha permitido amarrar nuestros pasos, nuestros brazos, nuestra palabra, nuestra fe y nuestra solidaridad.

3.- En este caminar somos pueblos con raíces milenarias, descendientes de mujeres y hombres sabios, constructores de paz y de justicia, nosotras y nosotros, retoños y rostros de Dios, hijas e hijos de los pueblos Ava Guaraní, Guaraní, Guaraní Kayowa, Nivaclé, Ayoreo, Awá, Zapoteco, Quechua, Kichua, Pastos, Toba Maskoy, Moxos, Guarayo, Toba, Pilagá, Wichí, Kolla, Mapuche, Kolla, Mapuche, Sateré-Mawe, Tariano, Aymara, Cocama, Wanano, Satere Manes, Guana, Tariano, Puhe'pecha, Maskoy, Guancé, Nasa-Paeces, Emberá, Maytapú, k'iche', Kaqchik'el, Q'eqchi', llegamos a estas tierras de los pueblos guaraníes, convocados a la búsqueda de la Tierra sin Mal, iniciamos nuestro encuentro pidiendo permiso a quien es Dueña-Dueño de la tierra, para pronunciar nuestra palabra en su presencia, junto con la Palabra Antigua que hemos escuchado de nuestras abuelas y abuelos sobre el sentido de la muerte y el valor de la vida.

4.- Somos hijas e hijos de Tierra, por eso tenemos su color, somos la gente de la cara pintada, del tambor y del penacho; somos de los pueblos que juntan su palabra y fortalecen su corazón en torno al fuego, presencia iluminadora y cálida del Corazón-del-Cielo-Corazón-de-la-Tierra.

5.- En estos días hemos vivenciado profundamente nuestra espiritualidad indígena, convidados por las celebraciones de los pueblos guaraníes, de nuestras hermanas y hermanos de la Zona del cono Sur, de la Región Andina, de las Tierras Amazónicas y de Mesoamérica, saludando al Padre Sol, respetando y besando a la Madre Tierra, purificando nuestra mente y dignificando nuestro corazón, para pronunciar dignamente la palabra teológica de nuestros pueblos sobre quien es Madre-Padre de la vida.

6.- La Palabra Antigua, palabra de nuestros antepasados, que nos acompaña en el presente, el mito, es una palabra cargada de sueños y esperanzas, que orienta el caminar de nuestros pueblos a la Tierra sin Mal, a la Tierra Florida. De la tierra nos viene el alimento, de ella brotan las yerbitas que nos curan, de ella brota el agua que nos da la vida, ella es la Madre de los árboles y de las piedras y de la humanidad y de todos los seres. Según nuestras tradiciones, lo que nos da la Tierra está destinado a toda la humanidad, en una economía de reciprocidad.

7.- La tierra, esta casa Grande de todos los pueblos de la humanidad, está siendo amenazada, desacralizada y convertida en mercancía, por el pensamiento neoliberal con el que se la daña, contaminando las aguas y los vientos, arrasando bosques, selvas, montañas y a la misma humanidad.

8.- Son varias las amenazas que ponen piedras y abren zanjas bajo el caminar de nuestros pueblos. Los malos gobiernos y los poderes de este mundo han hundido a nuestros pueblos en el hambre, la enfermedad, la miseria, han desfigurado nuestros rostros y pervertido nuestros corazones. Este sistema deshumanizante toma distintos rostros agradables y apetecibles, para desviarnos de las huellas que indican el rumbo que nos conduce a la Tierra son Males. Este sistema es como una zorra que astutamente oculta sus intereses para engañarnos.

9.- Las instituciones y organismos del neoliberalismo, que trafican y desvían los bienes que la Madre Tierra destinó a la humanidad, como una serpiente maligna, quieren tragarse el futuro, presente en las niñas y los niños, en las mujeres y los hombres, en las ancianas y los ancianos, poniéndolos en otro estilo de vida, apartado de nuestros pueblos, vacío de valores.

10.- Somos conscientes del aporte y beneficio de quienes no son indígenas que tienen los mismos anhelos de futuro de nuestros pueblos, y aportan lo mejor de su ser y su sabiduría a fin de cultivar con nosotras y nosotros una Tierra sin Males. Ellas y ellos ciertamente son nuestros mejores aliados.

11.- Nuestros mitos nos hablan de las luchas entre el bien y el mal que se producen en nuestras comunidades y dentro de nosotras y nosotros mismos; pero además la Palabra Antigua nos enseña a encontrar estrategias que frenen, encaucen o desvíen todo lo que es maligno para la humanidad.

12.- Este encuentro, que se ha distinguido por la presencia activa de muchas lenguas, culturas, espiritualidades y sueños, nos ha mostrado que es posible la unidad de los pueblos; que sí se pueden juntar nuestras creencias en celebraciones ecuménicas que incluyen las diversidades. En este encuentro hemos podido articular nuestros cantos y nuestros esfuerzos comunitarios para seguir tejiendo nuestras historias y continuar caminando juntos por un mañana de vida más plena.

13.- Los y las indígenas debemos apropiarnos de las herramientas del sistema. Después de quinientos años de exclusión, para construir nuestro futuro, hemos ido aprendiendo a discernir lo que produce muerte y el tiempo divino que nos reconcilia, nos hermana y vivifica nuestros compartir.

14.- Nuestros mitos nos recuerdan que usando y desarrollando nuestro idioma acrecentamos nuestros saberes, guiados siempre por los consejos de las ancianas y los ancianos. Con un diálogo fraterno y respetuoso, y con nuestro ejemplo, debemos recuperar a nuestros líderes que han sido cautivados por las seducciones del neoliberalismo e invitarles a escuchar nuevamente la voz de sus pueblos, de sus comunidades, de las asambleas, de los consejos de las ancianas y los ancianos.

15.- Dios Madre-Padre, Abuelo-Abuela sembró en estas tierras a nuestros pueblos para hacernos florecer. También nosotros cuando sembramos las flores, sembramos la sabiduría ancestral de nuestros pueblos, porque es en la Tierra Florida donde los seres humanos dignificamos nuestras personas, ennoblecemos nuestros corazones; es en esta Tierra Florida donde toda la creación y todos los seres se vuelven preciosos, hermosos, relucientes, verdaderos, abundantes y vivificantes.

16.- Reconocemos y agradecemos a quienes fieles a su fe y a la palabra de sus iglesias, acompañan solidariamente nuestro caminar hacia la Tierra Nueva y los Cielos Nuevos.

17.- Las y los indígenas manifestamos que el Dios de Jesucristo ha estado presente y ha actuado en nuestras culturas desde siempre. Después nos fue anunciando en el Evangelio. Con él, y con nuestros mártires que dieron la vida por nuestros pueblos, vamos por el camino y en la búsqueda de la Tierra sin Males.


YKUA SATI, ASUNCIÓN, PARAGUAY 10 DE MAYO DE 2002

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