sábado, 7 de marzo de 2009

La transfiguración

Domingo 08 de Marzo de 2009 Domingo 2º de Cuaresma

Génesis 22,1-2.9-13.15-18: El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe
Salmo responsorial: 115: Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
Romanos 8,31b-34: Dios no perdonó a su propio Hijo
Marcos 9,2-10: Éste e mi Hijo amado

Transfiguración de Jesús
Mt 17,1-13; Lc 9,28-36

Mar 9:2 Seis días más tarde tomó Jesús a Pedro, a Santiago y a Juan y se los llevó aparte a una montaña elevada. Delante de ellos se transfiguró:
Mar 9:3 su ropa se volvió de una blancura resplandeciente, tan blanca como nadie en el mundo sería capaz de blanquearla.
Mar 9:4 Se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús.
Mar 9:5 Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
–Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a armar tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías
Mar 9:6 –No sabía lo que decía, porque estaban llenos de miedo–.
Mar 9:7 Entonces vino una nube que les hizo sombra, y salió de ella una voz:
–Éste es mi Hijo querido. Escúchenlo.
Mar 9:8 De pronto miraron a su alrededor y no vieron más que a Jesús solo con ellos.
Mar 9:9 Mientras bajaban de la montaña les encargó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos.
Mar 9:10 Ellos cumplieron aquel encargo pero se preguntaban qué significaría resucitar de entre los muertos.

Mar 9:2-13 Transfiguración de Jesús.
Seis días después del primer anuncio de la pasión, Jesús se transfigura para anunciar su gloriosa resurrección. Moisés representa la ley y Elías los profetas; ambos sintetizan el Antiguo Testamento (Mat_22:40). La propuesta que hace Pedro a Jesús de quedarse a vivir en la montaña responde al miedo de ir a Jerusalén donde les espera dolor y sufrimiento; por esto, busca a toda costa impedir que Jesús baje de la montaña y emprenda el camino hacia Jerusalén. Como Pedro, son muchos los que prefieren la comodidad de la montaña antes que bajar de ella para enfrentar los riesgos de la vida cotidiana. De los tres personajes presentes sólo queda Jesús, el Hijo amado de Dios y a quien hay que escuchar. Jesús supera a Moisés y Elías e inaugura el Nuevo Testamento en continuidad con el Antiguo Testamento. El mandato de no contar a nadie (secreto mesiánico) tiene aquí una explicación: esperar la resurrección de Jesús para poder comprender su propuesta del reino.

1 comentario:

fco. felix dijo...

la presencia de moises representa a una iglecia que aun muerta sera levantada y la precencia de eliaas representa una iglecia viva en el arrebatamiento dios les bendiga